Samantha F. te entiendo desde siempre, pero yo no llegué a ser como vos. Me contuve por
mi altura y porque en la escuela me enseñaron a dar la otra mejilla cuando me
dijeron cosas y me hicieron notar las diferencias, como a vos, por algo
relacionado a vivir en comunidad por el que diste tus primeros golpes.
Dios del
trueno protégenos, y protege a esta mujer desnuda que camina, concédele tu
abrigo teje con tus manos un pullover enorme para cubrirle el pecho y a sus
hijos que son mis hijos y tuyos también. Y llénale el vaso medio vacío, no te
pido que le alivianes el camino solo dale el don de transitar el tiempo.
Mi padre
hizo también lo posible y como el tuyo se hundió en el silencio y en su silla.
Riega las flores del canasto por él arrancado.
Samantha
F. no niegues que alguna vez te dieron vuelta la cara por tu forma de vestir y
por decir en voz alta cosas que nadie mas diría. Yo jugaba a imitarte, pegué sobre tu foto, una foto con mi cara ampliada con
fotocopias hasta hacerlas coincidir y simular un beso.
Vos
también sobrevaluaste el progreso y el sistema y al gobierno y en eso perdiste
tu propia voz, y entonces tu voz se disolvió y cuando se disuelve la voz se
disuelve el cuerpo y sin cuerpo no queda ni siquiera nada.
Creciste con
gente que te decía que seas fuerte y que la mujer nueva es fuerte y a respetar
el ayuno y a no comer carne y a los beneficios del cuerpo.
Por eso no
dijiste nada cuando escuchaste el ruido en la ventana y apagaste la linterna
porque te dijeron que era mejor no meterse ni con uno mismo, y nadie mas en la
casa lo escuchó, como las medias, los discos, las sombras y lo que creías que
era tu mundo desvanecía.
Porque
fuiste fuerte, te dijeron, y ahora te tiembla una pierna cuando entra viento
por la ventana, y pegaste con cintas las cortinas y escribiste con cinta tu
nombre en los espejos, porque todo fue un sueño Morfeo.
Yo
quisiera creer que fue un sueño Morfeo y estaría bueno que lo respetes.
Y así cada
una de nuestras acciones se replican como en un consorcio simétrico y ahora en
ambas casas hay un rifle y una caja de fotos arriba del ropero, y un hueco que
nos lleva de una pieza a la otra en la que jugabas con tus hermanos a que había
un bombardeo y que lo único que quedaba era una radio con onda corta para
comunicarse con los sobrevivientes.
Ayer fuimos a la fábrica abandonada en la que trabaja tu padre de
operario en el turno noche. Vos le llevabas la vianda en bicicleta ¿te
acuerdas? ¿y te acuerdas que mamá está terminando esos buzos gemelos que le pedí
con nuestros rostros en cada uno para que estemos siempre cerca al menos en los
reflejos de las vidrieras? y si no te
acuerdas, no hay problema, porque la memoria está sobrevalorada y te dijeron se
fuerte y de buen corazón
¿a dónde ibas tan rápido? Y por qué no, si la velocidad no es lo
opuesto a nada, es un síntoma Samantha. Por eso desde ese día sellaste tu
puerta y no invitaste mas a nadie ni a tus amigos, ni a tus vecinos ni a
ahijados, ningún enterado que viniera a contarte que supo no sé cómo. Porque una casa vacía es mejor
que no tener casa pero un corazón vacío no es preferible a no tener corazón,
porque el corazón se enfría y deja de latir, pero tu casa aunque ya vacía,
seguirá latiendo.
Pero así y todo con corazón no es suficiente. Mejor es adoptar
posturas, hacer las cosas de manera práctica. Sos una persona práctica te
dijeron, y ser práctico está sobrevalorado, y sonreír está sobrevalorado.
Un pájaro se posa en el dintel y no, no sos una persona práctica, sólo
es que tuviste que aprender a la fuerza y adquiriste ciertas manías y tener
manías no está bien visto.
Fuimos como esos mineros. Decidimos llegar hasta el final antes que
rendirnos a riesgo de en eso, perder lo poco o mucho que tuvimos.
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