Leí por ahí que esta novela salió por entregas en la revista playboy y las únicas playboys que tuvieron mi generación fueron las que traían a Fernanda Callejón, Beatriz Salomón o Katja Alemann, eso si, en aquel momento ni ahí de leer las notas jjajj y obvio siempre escondidas en algún cajón perdido.
Pero esta vez arrancamos con
algo a favor, que podemos andar con este libro bajo el brazo que tiene en la
tapa a una súper combinación, de una supersexy
chica con una pistola humeante, en la mano y sin embargo no perder el estilo.
En este libro que se lee
de un tirón cometí un error que fue leer primero la introducción de Fresán que
esta buenísima porque te tira data piola y a la vez te entusiasma con otras
lecturas, pero comete a mi parecer un error, que es el de tirarte el nombre de
un actor como posible rostro de Jimmy Luntz, Fresan dice que nos pongamos en la
cabeza a Steve Buscemi.
Y es cierto, hubiese sido
en el que primero hubiese pensado, pero en algún punto medio te encapsula el
coco, podría haber sido William H. Macy, porque no? O hasta john Reilly también (aunque
con unos kilitos menos), tal vez deba leer las intro al final y dejarme llevar
por la lectura.
También
creo que cuando uno se copa con una novela y simpatiza con el protagonista
siempre ese personaje se parece a uno mismo, a mi me pasa, que digo ah es medio
como yo.
Bueno
la cosa es que tiene unos diálogos re locos, en unos paisajes súper americanos,
para mi que comencé mis lecturas policiales con los clásicos re correctos,
luego con los nórdicos súper introspectivos y ahora leo estos, pienso que ni ahí
Erlendur sería tan delirado de tener este pensamiento: «Igual
que el exterior del edificio, las paredes de aquella habitacioncita eran de
troncos de imitación. Luntz extendió la mano y descubrió que estaba tocando
madera de verdad. No tenía ni idea de que todavía hicieran cosas de troncos de
verdad. Simplemente había dado por sentado que todos los troncos eran falsos»,
Dudo también que Wallander, o el calenton griego del Comisario
Jaritos, se detendría en una supersexy chica (como la de la portada) llamada Anita
Desilvera, que tiene algo de Perdita Durango, pero bueh, no le pidamos a
ellos esos menesteres y dejemos que el loco lindo de Jimmy Luntz, envuelto en
raspaditas de Toto-bingo, vea como paga sus deudas de juego en Que Nadie Se Mueva.
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