Ser, ¿es ser visible? ¿Soy yo el que está debajo de la ropa, debajo del sudor, debajo de la piel? ¿O soy solo eso, sudor, ropa, piel?… ¿¡y está todo bien!?
Las obras que disparan estas preguntas pertenecen a la artista Mariana De Matteis, nacida en Villaguay en 1984, quien se formó, vive y produce en Rosario. Forman parte de un conjunto mayor llamado «Nuevas Esculturas» y se presentan bajo el título Estudios y Figuras en el joven espacio de arte contemporáneo santafesino Púrpura.
Según cuenta la autora, estas obras son calcos de esculturas que se encuentran en el acervo del Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino de Rosario, piezas que desconozco si están en exhibición, si alguna vez fueron vistas, si se exponen con cierta frecuencia.
Las obras de Mariana no tienen títulos individuales que referencien la pieza «original», por lo que eso que estaba allí se nos insinúa: un torso, una pierna, un pie, un rostro. Velos de algo que no está. Le pregunto a Mariana cuáles fueron las piezas que oficiaron de modelo y me cuenta que fueron Muchacho del Paraná, de Lucio Fontana; Judith, La Telesita y El medallón, de Nicolás Antonio de San Luis; y, por último, Fragmento de estudio para la Victoria del Monumento al general Dorrego, de Rogelio Irurtia.
Montadas en la sala a modo de lugar de depósito, no tienen un recorrido lineal, se nos presentan aquí y allá, desplegadas por el viento de un ventilador giratorio invisible, lo que le da frescura y espontaneidad a la puesta. Hasta es imposible no darle la espalda, en algún momento, a alguna de ellas. Las piezas están hechas en goma EVA, de colores terrosos y arena. Querés tocarlas, comprobar su consistencia, contrastar la flexibilidad relativa del material con que fueron hechas a través del tacto, porque hay una aparente fragilidad en ellas, no te es suficiente con verlas. Estudios y figuras es un mini laberinto y me siento como un elefante en una cristalería…
Dos imágenes de la infancia
- El coyote al caer de un acantilado: queda su silueta de humo, el cuerpo ya cayó pero aún está flotando su aura con el cartelito de Acme en sus manos, sin darse cuenta del corrimiento. Pero esa aura no es el coyote, sino un coyote traslucido, sin recuerdos propios. Puro momento.
- Nosotros jugando a ponernos plasticola en las manos para quedar como laminados, plastificados, engomados y hacernos los zombies, los invasores extraterrestres. Éramos los niños escamosos haciendo gruagghhh gruaggghhh. Cuando nos aburríamos desprendíamos esa segunda piel despacito, tratando de que saliera «entera» de tal manera que nos quedara ese calco de nosotros mismos al borde del pupitre.
El procedimiento de calcado, copiado, transferencia, forma parte de un mecanismo de la obra de Mariana. Ya en ocasiones anteriores calcaba en papel de manera lineal obras de artistas contemporáneos, o proyectaba en las paredes de una sala y calcaba su muestra soñada; una suerte de colección de obras que ella querría tener, pero filtradas por su propio trazo.
«Todo aquello que vemos esconde alguna otra cosa más, siempre queremos ver lo que está oculto a través de lo que vemos», es una frase del artista surrealista René Magritte. ¿Quiénes son los que se besan en su famosa obra Los amantes? ¿Los que están debajo de los velos o los velos en sí? ¿Ambos? Hay algo de eso latente en las obras de Mariana De Matteis, algo que está entre la vigilia y el sueño, vestigios de algo que hubo, al límite de lo que es.
Estudios y Figuras, de Mariana de Matteis, se puede visitar hasta el 20 de noviembre en Púrpura, Proyecto artístico y pedagógico, Castellanos 1646, Santa Fe.
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