domingo, 30 de julio de 2023

Cáscaras de naranja aromatizan el mate



La muestra Trópico Canguro es, para sus visitantes, un juego de imaginación. Canguros en el trópico. Un trópico que no es el de cáncer ni el de capricornio. Se descubre una nueva constelación canguro. O la ductilidad de lxs artistas de saltar de un lado a otro, de desplazarse. Es Caetano cantando Black or white o Come as you are. El canguro empieza a refinarse.

Santiago Villanueva dice, en el texto curatorial, que dijo Gumier Maier que dijo Lezama Lima: “Sólo lo difícil es estimulante”. El mismo Gumier Maier que, en Avatares del Arte, en 1989, decía: “Cosecha adeptos el estomaguismo”. Ese estomaguismo lo siento más vigente que nunca. El arte no es ajeno a los nuevos tiempos en el que todo es a los bifes y rápido, o rosca y rosca. Bah, tal vez el algoritmo me conoce y sabe que miro el celu para ver cómo implosiona un submarino hecho con IA, o parrilleros preparando chinchulines, o como contraer deuda saludable en vez de deuda negativa. Y que hice de todo eso un mundo. En fin, lo que quiero decir es que a lo difícil hay que ir, que no está al alcance de la mano, que ya implica un esfuerzo ir hacia lo difícil.

Pensar un Trópico Canguro estimula la mente, el cuerpo, y los sentidos. Todo junto.

Me volví fanatico del CTRL+F. Busco en el texto de la exposición la palabra pensar y está cuatro veces; la palabra arte y está tres; la palabra obra, diez. Así me puedo pasar ratos reordenando, entretenido buscando, como en un ejercicio oulipiano, pensando sinónimos, haciendo de cada obra un poema.

La muestra es un encuentro de disímiles: hay una cita de Ursula Le Guin en la que piensa a la bolsa como un encuentro-contenedor de lo fundamental impensado; y hay otra de John Berger, “La bolsa en cuestión es una pequeña bolsa de resistentes. Una bolsa se forma cuando dos o más personas se ponen de acuerdo y se unen. Se unen para resistir contra un nuevo orden económico mundial que no puede ser más inhumano”. ¿Y que más inhumano, y retomando a Gumier, más estomaguista, que ver en la pantalla a un candidato a presidente diciendo que la venta de órganos es “un mercado más” o que “si yo tuviera un hijo no lo vendería, (pero) quizás de acá a 200 años se podría debatir”?

Las paredes de la sala de La Portland pintadas de blanco parecen derretirse al piso cubierto de nylon negro y pintado de blanco con las manos, o a la inversa, del piso patinoso se densifica y homogeiniza hacia las paredes. La pared vidriada de fondo de la galería se funde con el río Paraná, que cuando baja el sol, sus contrastes, se vuelven sutiles.

Lo barroso, lo difuso, lo sensual de lo sugerido, los ángulos borrosos, es algo muy de acá, escrito desde Paraná. La obra de Victoria Ruíz Díaz abre la pregunta del ¿cómo vemos? por sobre el ¿qué vemos? El montado con bisagras y vidrio permite miradas al pasar, dobleces de frente y dorso que vuelven indefinible saber cuál es cuál. En Federico Roldán Vukonich las superficies de sus obras hechas de papel maché se sienten porosas, con unos rulitos de metal que se asemejan a cascaritas de naranja secadas al sol para aromatizar el mate.

Gonzalo Fuenmayor presenta trabajos en blanco, negro y grises: hay un video escondido en el patio de la galería de unos pies calzados con unos ananás calados que bailan en loop y se desarman en cada paso. Moriremos, pero moriremos bailando.

¿Y entonces? Me voy a contradecir. Las dificultades hay que ir a buscarlas, pero a veces también llegan solas. La cuestión es, en la medida de lo posible, reconocerlas.


TRÓPICO CANGURO
Gonzalo Fuenmayor / Federico Roldán Vukonich / Victoria Ruíz Díaz
Curador: Santiago Villanueva
La Portland. Paraná Entre Ríos. Mayo 2023

Texto publicado en mal.ar

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